Mucho se ha dicho sobre el uso de las redes sociales, los beneficios
que traen al mundo de la mercadotecnia y la publicidad, así como la
facilidad de compartir contenidos, ideas y opiniones. Sin embargo, no
todas estas acciones de comunicación resultan tan positivas.
Se dice que en estos medios la gente es más auténtica y más
expresiva; incluso hay estudios donde se demuestra que las personas
logran comunicar más en los medios virtuales que en la vida offline.
Esto es gracias a que las identidades están a salvo, y es mucho más
fácil decir algo sin tener a las personas enfrente.
Pero existe una cuestión ¿hay una verdadera “libertad de expresión”
en las redes sociales? Esta pregunta es aplicada sobre todo a Facebook,
pero no me refiero a las veces en que el sistema elimina comentarios o
contenidos inconvenientes. Mi pregunta va encaminada a las acciones de
los usuarios de Facebook.
Las personas publican cualquier cosa, pensamientos, canciones, fotos,
chistes o cualquier tipo de contenidos. Su popularidad o “influencia“
se mide de acuerdo al número de likes y comentarios que logran con cada
publicación, reforzando los lazos de usuarios con intereses afines.
Pero, por otra parte se encuentran las personas que publican contenidos
que no son del agrado de otros usuarios.
Lo más fácil es pensar que estos usuarios pertenecen a otro segmento.
Lo más probable es que os usuarios que se encuentran a su alrededor, lo
ignoren, y en ciertos casos, hasta comenzarán a “atacar” sus contenidos
diferentes. Pero ¿hasta qué punto influye la diferencia de
pensamientos?
La sociedad está configurada para rechazar a aquellos que son
diferentes. Aquellos que se salen de los contextos, tratan de ser
absorbidos para que se hagan homogéneos. Pero de no lograrse, son
etiquetados e ignorados. Si los usuarios de Facebook “diferentes” no
logran encontrar personas afines, seguramente dejarán de publicar. De
este modo, la presión de la comunidad on-line, habrá logrado su meta:
desaparecer lo que no les sirve.
También existen otras dos alternativas: la primera, es que el
diferente trate de amoldarse a su entorno, de homogeneizarse para ser
aceptado; pero se corre el riesgo de perder pensamientos auténticos e
innovadores. La segunda opción, es que utilice medios para reforzar su
personalidad por medio del personal branding y ser aceptado por la
población o bien, encontrar el target adecuado.
Esta estrategia debe ser utilizada por los usuarios de redes sociales
que quieran sobresalir, para los que se quieran hacer notar. Existen
varias formas de aplicarlo. Desde mantener una temática en especial en
las fotografías de portada en Facebook, hasta crear publicaciones de
forma ingeniosa para captar la atención de las personas precisas.
Para los mercadólogos y publicistas, es muy importante tener en
cuenta este factor, pues debemos comenzar por aprender a vendernos, como
lo explico en mi post “La razón de ser de los publicistas”. Si logramos
una identificación de marca personal entre los demás usuarios, por
alguna característica nuestra, lograremos imprimirle personalidad a
nuestro trabajo.
Creativos, recuerden que las personas con pensamientos diferentes al
principio no serán muy bien vistas. Pero hay que arriesgar, hay que
darnos a conocer, así encontraremos el apoyo de los que reconocen lo
bueno. Y si no encontramos apoyo, lo mejor es explotar nuestra
creatividad y no formar parte del entorno repetitivo que nos rodea.
fuente: http://www.roastbrief.com.mx/2012/08/redes-sociales-libertad-de-expresion-o-no/
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